Los caracoles de Borgoña son un plato icónico de la gastronomía borgoñona y francesa. Se consumen principalmente en las celebraciones navideñas y comidas familiares, generalmente se preparan según la receta tradicional. Cocido en caldo de la corte, el caracol se presenta luego en su caparazón, que se rellena con una mezcla de mantequilla, perejil y ajo finamente picado y se coloca en el horno.