Es uno de esos quesos más raros que se pueden comer en varias etapas de su madurez. A menudo se come revestido de finas hierbas recién salido de la cuba de queso. En esta etapa del proceso de maduración, tiene un sabor cremoso a nuez. Después de unas seis semanas, mientras su olor comienza a hacerse más fuerte, su paté se vuelve seco y quebradizo. Además, comienza a desarrollarse una textura más dura con un sabor pronunciado. A partir de entonces, el queso continúa madurando y aumenta el sabor fuerte, pero nunca se agria. Su corteza se convierte en una capa áspera y dura durante un período de tiempo.